martes, 12 de enero de 2016

El petróleo ayuda a nuestra economía

Llevamos unos meses en los que las economías familiares se están viendo un poco aliviadas porque uno de los gastos, en algunos casos importante,  ha disminuido. Hablamos de los carburantes derivados del petróleo, tanto las gasolinas empleadas para la automoción , la calefacción o la producción eléctrica, como el gas utilizado para la calefacción, para la producción eléctrica y la cocina en menor medida, están bajando su precio en origen hasta cotas de hace mucho tiempo. El barril está cotizando a unos 30 dólares, unos 27,61 euros. Esta bajada producida por la “guerra” entre los diferentes productores de crudo a nivel mundial y la falta de acuerdo de las varias organizaciones de productores, sin duda va a tener un beneficio para las economías occidentales, sin dejar de lado que puede suponer un respiro a la economía China, primer comprador mundial de crudo, dada la fase de ralentización que parece estar sufriendo su economía.

Si bien esta bajada del crudo en origen tarda bastante en llegar al consumidor, poco a poco  es cierto que está llegando, con el consiguiente ahorro para el consumidor final.
También las arcas de España se benefician de esta bajada de precios, calculandose un ahorro de unos  ocho mil millones de euros si se mantiene los costes actuales del barril durante un año, con lo cual nuestro ministro de economía tendrá un alivio pues esa cantidad es similar al ahorro en el déficit público que propone la Comunidad Europea para España.

A todo lo anterior de ahorro para los hogares (muchos de ellos afectados por la crisis y que estarían en pobreza energética) y para el estado, hay que unir que el dinero liberado en este ahorro se dedicará a otras partidas, con lo cual puede que la economía tenga un pequeño impulso positivo. Ya que seguramente ese sobrante redundará en un gasto en otros sectores de producción.

De todas formas sí que se siguen planteando ciertas cuestiones sobre el precio del petróleo en origen, y el precio de los carburantes al consumidor. Una de esas cuestiones es la lentitud de las distribuidoras de aplicar las bajadas y la prontitud para aplicar las subidas. Otra cuestión es la diferencia de precio del productor con el precio de venta (hecho que ocurre con muchísimos más productos de todos los sectores), aspecto achacable a los impuestos que soporta este tipo de producto. Y el aparente acuerdo entre las distribuidoras para fijar un precio sobre el carburante.


La gran noticia de la bajada del crudo para la economía, no debería dejar de un lado que es un carburante muy contaminante y que su transporte ha causado grandes catástrofes naturales. Debemos seguir investigando nuevas formas de energía que no tengan los problemas de esta, pero en tanto en cuanto se perfeccionan y tengamos que seguir utilizando el petróleo, es sin duda y para todos los sectores productivos y para la sociedad en general, una gran noticia que esta energía sea barata.

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